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domingo, 24 de mayo de 2015

Living in India







No fue nada fácil llegar hasta aquí  desde el inicio. Tuve que esperar horas en el aeropuerto de Monterrey para que esta aventura empezara a formarse. Creo que muchos hemos pasado por esos momento, pero después de 13 HRS con 20 min llegué  a Frankfurt, Alemania (dato curioso: Fráncfort del Meno en español. ¡Gracias Google!).
Lamentablemente, no me tuve más que una hora para disfrutar el extenso aeropuerto de esa ciudad. Salí corriendo hacia mi siguiente vuelo, en donde me esperaban otras 9 HRS con 50 min  para llegar a mi destino, Chennai, India.
Fue un vuelo lento. Abordé, busqué mi asiento; inesperadamente una pareja de alemanes iban viajando, me tocó  el asiento a lado de la esposa del alemán y a él tenía un asiento separado más adelante. Ella me preguntó  si era posible que le cambiará el lugar a su esposo, para que él se sentara junto a ella. No me negué  (soy buena persona, a veces). Curiosamente, o mejor dicho, estúpidamente le cambié  mi boleto al señor -de verdad, no sé por qué  hice eso- y así  me fui hasta llegar a Chennai.
Llegamos, todo iba tan bien, hasta que... llegué a que sellaran mi pasaporte. Tenía que mostrar mi boleto y yo tan inteligente 'No tenía mi boleto a mi nombre', tenía el boleto del señor (que no volví a ver).
Tener que explicarle al señor que mi boleto se lo había  cambiado a un alemán, por la tonta razón de haber cambiado de asientos, fue lo más estúpido que hasta yo he escuchado. Afortunadamente, me creyó  y fui a recoger mis maletas con un sello nuevo en mi pasaporte (para los que no saben, tener un sello de otro país en mi pasaporte me pone muy feliz).
Todo iba tan bien, hasta que, noté que no había  Internet en ese aeropuerto -Cómo es posible que un aeropuerto no tenga wifi!?!?!?!?!?- y es que no tenía manera de comunicarme con nadie. Sola, en el aeropuerto, sin saber el idioma y uno que otro hablando un medio inglés (inglés indio, que al principio es muy difícil de entender) y para colmo, nunca, nadie me dijo que yo debía bookear un taxi, cuando pedí el vuelo en mi empresa. Ese momento fue el más  frustrante de mi vida.
Le pregunté a un guardia, si había algún teléfono público que pudiera usar y llamar a uno de mis compañeros mexicanos, que ya estaban acá. Su respuesta: ¡NO!
Un Indio me escuchó  (¡Gracias Dios!) Y se acercó como pudo a ofrecerme su celular para llamar y fue ahí, cuando supe que NADIE iría a recogerme al aeropuerto.
Caminé a pedir un taxi y lo primero que vi fue a una "linda" rata caminar frente a mi, pasando de un lado, hacía  el otro.
Luego de subir al taxi, noté que el volante está del lado derecho, fue interesante y aún más interesante es que usan su claxón cada minuto (los Indios manejan muy loco). ¡Shock cultural!

Afortunadamente, llegué  sana y salva al campus y lo que siguió ya no importa...

Nota: Antes de que medio mundo me corrija. Les llamo Indios y no hindúes por que una amiga mía de Bangalore, me dijo que era incómodo para ellos ser llamados "hindues". Por la religión y bueno, no todos son hindis.

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